No hay mejor muestra del cambio acontecido en la vida de Karina que escuchar a uno de sus hijos: “si mi mamá no tuviera este negocio no podríamos ni pagar la escuela, ni comprar los libros, ni siquiera nos alcanzaría para la comida, no podríamos comer ni un solo pan”. Tras asistir a un curso de formación, Karina regenta un negocio de avicultura en la comunidad de Monteverde, en la provincia ecuatoriana de Santa Elena. Es una de las mujeres emprendedoras de la Asociación MAPEL y Presidenta de las Avicultoras, que agrupa a unas cincuenta mujeres que se dedican a la cría de pollos dentro de la asociación.
Karina también aporta su mensualidad al “Banquito”, una iniciativa de MAPEL mediante la cual algunos grupos van ahorrando un dinero que utilizan para prestarse entre ellas con un interés permisivo o para que, si ninguna necesita un préstamo, les vaya generando intereses.
Actualmente Karina está aprendiendo a hacer embutidos… mientras trabaja con ilusión para cumplir su siguiente sueño: que las avicultoras puedan mejorar la presentación de su producto (registro sanitario, embalaje con logotipo), hacerse con maquinaria que les permita filetear o empanar el pollo o tener un local profesional para manipular el género. Además, los fines de semana vende dulces en la playa para ganarse un dinero extra… “por mis hijos hago lo que sea”, arumenta con el orgullo de la madre coraje que es.
Foto: Yago de Orbe / AeA